viernes, 11 de junio de 2010

Flashbacks

Mañana trabajo. En casa, muerta de asco y con el mismo capítulo de Los Simpson de todas las semanas de fondo, me he puesto a marujear mi correo y he encontrado un email que envié a familia y amigos el 20 de enero de 2006 (ya he dicho que estaba muy aburrida). Releerlo me ha traído mucho recuerdos. Hace ya más de cuatro años, cogí mis bártulos a lo Paco Martínez Soria y una excedencia (no, no soy funcionaria), y me piré 4 meses al culo del mundo para mejorar mi inglés. Ooohh yeaaahh!!!


La que pretendía ser la primera de muchas crónicas desde New Zealand y se quedó en primera y única, constaba de 4 capítulos. Aquí os copio los dos primeros, el resto lo omito porque no quiero que os muráis de aburrimiento y os lancéis a revisar correos de antes de La Guerra:

CAPITULO I: Las guarras

Desde mi habitación veo el Auckland Museum y la Sky Tower (que es esta clase de pirulí que sale en todas las fotos...), la habitación está bien, pero no he tenido demasiada suerte con las compañeras de apartamento... una se llama Seba (no sé como se escribe) y es de Azherbayan (no, no es una enfermedad...) y la otra es Ania, alemana y alérgica al sol (está deseando volver a su casa porque aquí el tiempo no le gusta demasiado... claro, todo el mundo ha oído hablar de lo agradables que son las temperaturas de enero en Munich, Berlín o Franckfurt...!). Bueno, las dos tienen una cosa en común (supongo que por eso se llevan tan bien...), la falta de limpieza/higiene. El día que llegué, tras 29 horas de viaje, 24 de ellas enclaustrada en un asiento de avión clase turista, sólo entrar al apartamento ya noté un tufo un tanto especial... tras descansar unas horas echada en la cama, empecé a investigar el apartamento... el olor provenía de un armario de la cocina (cocina- comedor- sala de estar), donde una de ellas guarda sus cosas, al principio no sabía si era algo pudriéndose o algún extraño condimento azherbayanés al que no estoy acostumbrada, con el tiempo, y viendo que el tufillo no va a más, he llegado a la conclusión de que es algo que ésta mujer se come (s/c)... Sigo, los fogones, encimera, mesa, TV!, sofás... en definitiva, TODO el mobiliario, estaba recubierto de... mmmmmmm... no sé como decirlo... diferentes sustancias contaminantes que ponen a prueba mi capacidad inmunológica... En el microondas, debajo de la bandeja de vidrio, donde están las ruedecitas, había un dedo de líquido marrón de procedencia desconocida (ummmmhhh... ¡que rico el café con leche por la mañana!, para mí que tiene como un regustillo a lentejas estofadas que alimenta más que el Colacao, esto es empezar el día con energía...!). El espejo del baño tiene tantas manchas (procedencia desconocida again) que para depilarme las cejas he encontrado un hueco entre una de supuesta pasta de dientes y otra de... y otra. Claro, delante de tanta mierda y por poder poner, aunque sea un pie, en la cocina para prepararme algo de comer y cerrarme después en mi habitación, decidí limpiarlo yo, aprovechando una tarde que las susodichas no habían llegado al piso y, con la esperanza (sin resultados por cierto...) que captasen la indirecta, ¡ingenua de mí! En definitiva, como estoy hasta los cojones de tener que estar encerrada en mi habitación siempre que estoy en casa, he decidido cambiar de residencia... ¿dónde? Todavía no lo sé, estoy mirando la posibilidad de ir con una kiwi family, ahorraría pasta y solucionaria el “pequeño” problema de las guarras...


CAPITULO II: Los guarros

El cole es muy guay... hay muy buen rollo entre todos, el dire es un chico que no tendrá 30 años y que está algo zumbado... mi profe se llama Craig y es muy simpático, en la clase somos poquitos (bueno y en todo el cole porque, de momento, sólo está la nuestra...). Hay una chica argentina que empezó el mismo día que yo, Andrea, con la que me llevo muy bien, otra de Mallorca, Bego que hace un par de meses que está aquí, Karin es italiana y estará aquí un año, Shin que es de Osaka, Vivi de Taiwan, Magdalena rumana y que vive aquí y, finalmente, mis super colegas (ironía) Ibraheem y Mohamed, los dos de Arabia Saudí, amigos y residentes en Auckland... Por 25 pesetas la respuesta acertada, díganme: Cosas que les gusta hacer a estos dos amigos... hablar árabe en mitad de la clase en voz alta mientras el profe explica algo... mmmmm.... interrumpir al profe cuando explica algo al resto para decir algo como: “Jack? Titanic... Leonardo Dicaprio Jack in Titanic”, o como: “Spain? Ricky Martin, Living la vida loca, I like so much Ricky Martin...” pensar q son más listos que nadie (bueno, que las tias).... mmmmm...ducharse... ÑIIIIIIIIIIIIIOOOOOOOOOOOO, ÑIIIIIIIIOOOOOOOOOOO, ÑIIIIIIIIIIIIIOOOOOOOOOOO... (esto simula una campana...) ¡¡¡Campana y se acabó!!!! Ducharse fue un error, pues al agua tienen horror...!!! Mmmmm... ¡que rico! después del café cono leche de casa, llegar a clase y sentir ese calor humano, esa fragancia... ¡sin palabras! Bueno, en este punto en el que muchos estaréis pensando, QUE CRITICONA! en mi defensa diré que intento por todos los medios, describir lo que me rodea con la máxima fidelidad y realismo... además, tengo testigos que confirman mi versión de los hechos.


En alguna entrada futura hablaré de la experiencia en general, de la gente que conocí y con la que, en algunos casos, aún mantengo el contacto, del país, los paisajes, las sensaciones… ¡Fue el Erasmus que nunca tuve!



Cuando volví a casa, tenía la sensación de que todo lo que me rodeaba estaba relacionado con NZ. El primer día que encendí la tele, en la 2 dieron el reportaje de Pilot Guides de NZ, el nombre de la empresa en la que trabajo acaba en NZ, mi segundo apellido acaba en NZ… ¡¡¡Señales clarísimas del destino!!!
Mi hermano pequeño se chotea… y no hay para menos.

1 comentario:

José R. González dijo...

uf! qué compañeros tan... de secano! Si yo hiciera un repaso de los 10 compañeros de piso que he tenido en los últimos años y sus cerdadas me daba para una saga de terror! :S