jueves, 17 de junio de 2010

Otro momento Meetic-o

Me iba acercando tranquilamente a la panadería el sábado por la mañana cuando unos berridos de procedencia desconocida se hacían más insoportables a cada paso. No eran ni las 8:00h de la mañana pero, la mujer que emitía semejante vocerío ya simultaneaba su mitin y la compra de una barra de cuarto. Todo eran quejas, reproches y lamentaciones que se hicieron inteligibles unos metros antes de llegar al establecimiento. Al entrar, me encontré a una sufrida dependienta soportando las opiniones de la Barbie Rajoy acerca de las golfas que poblamos el planeta en nuestros días, opiniones que, estoy segura, la dependienta no le había pedido. La señora que con tan mal karma despertó ese fin de semana, soltó las siguientes perlas mientras, justo detrás suyo, esperaba mi turno en medio del charco de sangre que brotaba de mi lengua y sin poder ocultar mis muecas de fastidio e indignación al escucharlas:

“…si es que hay que ver con las chicas de hoy en día, que se dejan meter mano por todos sitios… ¡así como se van a hacer respetar! ¡un poco de dignidad por Dios! Y luego pasa lo que pasa, cuando llegan a los 30 o 40 años se han acostado con tantos tíos como las putas, y mira… por lo menos las putas son más listas ¡ellas cobran!”

Ésta curiosa y retrógrada forma de ver la libertad sexual de la que disfrutamos actualmente y, como si la dignidad de una persona se midiera por la castidad y contención sexual que ejerce, me hizo pensar en otra anécdota Meetic-a.

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia…

Caso 3 (probablemente, no el tercero):

El modus operandi fue el mismo de siempre, el sujeto entró en mi perfil y decidió enviarme un email alagando mi escrito de presentación y no tanto mi físico. Ahí ya ganó 5 puntos de golpe, ¡mi vanidad llega a límites insospechados! Contesté al email, contestó, contesté, contestó… y así, hasta que empezamos a hablar por chat. Era un tipo inteligente, con sentido del humor, escritor, unos cuantos años mayor que yo pero con gustos similares a los míos, con una capacidad pasmosa para recordar citas de filósofos y eruditos del siglo XX (o, para copiar y pegar esas citas en un chat…), un parecido considerable con Santi Balmes (cantante de Love of Lesbian que me cae como el sonido de 10 vuvuzelas en plena oreja) y aficionado al yoga. Como decía, se ganaba la vida escribiendo y me enseño alguno de los poemas que circulan por internet con su firma. Por ponerle nombre, le llamaré Zorrilla, José Zorrilla.
Después de algo más de una semana chateando y buena conexión con José, un viernes por la tarde sin nada planificado por ambas partes, improvisamos nuestro primer encuentro. Cine y cena estaban previstos. Nos largamos antes de que acabara Ágora al grito de “¡Agora o nunca!” (el chiste fue mío por si había alguna duda)… eso era una tortura y los decorados eran igualitos a Terra Mítica. Ya en la calle y viendo que por el barrio no había mucho movimiento ni demasiadas alternativas para tomar algo o cenar, Zorrilla propuso ir a su casa a demostrarme sus habilidades en la cocina… gastronómicamente hablando. Antes de cenar y aprovechando que era pronto, tomamos unos vinos y pusimos un documental en V.O.S que hablaba del principio de la humanidad y sus mentiras, que por culpa del alcohol no entendía mucho. El apasionante documental y la típica frase “ven, ponte cómoda” hizo que el ambiente se caldeara en el sofá. Dejamos las habilidades culinarias para más tarde para demostrar nuestras habilidades en otra parte de la casa. Todo iba bien hasta que, en pleno festival y quizás potenciado por el estrés de no poder hablar en el cine, Zorrilla se soltó en un discurso de peli porno a la catalana con frases tipo “Oh sí nena, dámelo todo…”, “Mmmm…¿te gusta? ¡Claro que te gusta!” y la que fue el colofón y repitió numerosas veces “Venga así nena … ¡tengo los huevos llenos de leche para ti!”. JODER. No soy monárquica, pero en ese momento el Borbón y su “¡¿Por qué no te callas?!” me vinieron a la cabeza. No hubo cena, a mí se me pasó el hambre y él sólo tenía sed… ¡normal después de tanto palique! Aprovechando que al día siguiente trabajaba, me fui pronto. No hemos vuelto a saber nada el uno del otro. Está claro que Zorrilla necesita recitar a todas horas y la zorrilla que soy, según Barbie Rajoy, prefiere los monólogos de Buenafuente.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Es evidente que hay todavia mucho personaje por ahi suelto de los que piensan que un hombre que se ha acostado con muchas mujeres es un macho y en el caso de una mujer es una puta, lo jodido es que muchos jovenes y adolescentes tambien piensan de este modo. Con lo achuchada que esta la vida, si las mujeres (y los hombres) no podemos disfrutar de algo que nuestro propio cuerpo nos ofrece es que algo no funciona bien en las mentes de muchas personas.
Para el caso del señor "Zorrilla" (curioso nombre que le has buscado, ¿no?, mejor hubiera sido Zorrillo) podias llevar esparadrapo en el bolso y en un momento determinado, ¡zas! se lo pegas en toda la boca, aunque tambien le puedes insinuar que utilice la lengua para otros menesteres mas agradables y se deje de chachara.
KBG.

Gemma dijo...

Como diria Torrente: si es que las visten como putas ! ... A esta gente que nos tacha de guarras, yo les diría que no se equivoquen, que lo que somos es más experimentadas porque no nos engañemos, antes te casabas virgen y en la noche de bodas te llevabas la gran decepción. Por suerte hoy en día podemos elegir con quien nos acostamos y pasarlo bien sin necesidad de sentirnos culpables por ello, ni ser consideradas unas guarras por hacer lo mismo que hace un tío y que encima está bien visto y puede alardear de ello. Y la de la barra de pan se la podria meter por donde yo le diga, a lo mejor así deja de ser una reprimida!

Anónimo dijo...

Tu eres una guarra y encima no te da vergüenza publicarlo.

Ainoja dijo...

Mierda, Barbie Rajoy ha descubierto el blog... ¿Guarra yo por qué? el que se creía una manga pastelera y lo anunciaba a gritos, fue él...

Anónimo dijo...

Genial, tu post.
Lo de las mujeres: que sean lo que les dé la gana, putas, guarras o hasta mujeres de ministros -incluso hasta barbies.
Lo de la barbie: leer lo anterior.
Lo del tio: leer lo anterior de lo anterior, pero quitando "mujeres" y poniendo "hombres".
Lo de "el Zorrilla": poco romántico, no hizo honor a su apodo.
Lo de meetic:yo también estoy y nunca te he encontrado (quizás estemos demasiado lejos)
Lo de tu blog: seguiré leyéndolo..

Tibergo