viernes, 28 de mayo de 2010

Rollito primavera vs. Arroz tres delicias

Este fin de semana es fin de semana de festivales. Por un lado está el añejo Festival de Eurovisión y por el otro, aunque mucho más joven, el sobradamente preparado Primavera Sound. Como habitualmente ocurre en ésta vida, dos grandes acontecimientos se solapan en el tiempo forzando a simples mortales como yo, a desechar uno de ellos. Finalmente, tras unos días de intensos conflictos internos, he tomado una de las decisiones más difíciles de mi vida, el rollito primavera ha ganado. Pero como guiño al eurovisivo evento descartado, si estoy en condiciones (cosa que no puedo garantizar), me he propuesto puntuar los conciertos al más puro estilo Uribarri: “¡The Drums, tuelf poins… The Drums, duus puáh…!”


Con la energía que me queda de ésta semana infernal invertida en exclusiva en tan esperado sarao, he empezado a confeccionar mentalmente un look acorde a la mayor concentración de modernos por metro cuadrado que se pueda encontrar en Barcelona.

Repasando los complementos que utiliza el modernismo como seña de identidad de la tribu, encontramos las Ray-Ban Wayfarer, que son al moderno lo que el oso de Tous a las horteras, las camisas de cuadros, los relojes Casio Vintage dorados, las bambas Converse, las Victoria sin cordones y otras muchas marcas que ni conozco, diademas, pajaritas, faldas de talle alto, gorros de saxofonista, chalecos, vestidos de color fosforito, etc… y en cuanto a estilismos, se llevan los bigotillos delgaditos, las uñas pintadas pero maltratadas como si se hubiera limpiado el lavabo con un estropajo nanas, los cortes de pelo tipo cabaret, labios rojos, barbas “descuidadas”, etc… sobra decir que éste es el estereotipo que yo me he montado y en el que me voy a transformar, sin demasiado esfuerzo porque, como dice la canción “¡Yo soy moderna porque el mundo me ha hecho así!”, para sentirme plenamente integrada.


Para empezar y, como la ocasión lo merece, mi cuerpo ha empezado a segregar hormonas a un ritmo frenético hasta conseguir que me aparezca en la nariz el grano de las grandes ocasiones. Éste grano, o un descendiente lejano del que iniciara la tradición en su día, me acompaña en todo evento social de mi vida, bodas, fines de año, década o milenio, fiestas importantes, cumpleaños, citas decisivas, visitas al ginecólogo, etc… No le pongo nombre para no implicarme sentimentalmente con él, ya que al cabo de unos días me abandona. Cometí ese error con el fundador de la saga y un buen día, Christopher –que así se llamaba-, me dijo que iba a por tabaco y ya no volví a verle más, desde entonces, no he vuelto a confiar en un grano.


Para complementar al grano he escogido un vestido de tirantes de color “doraduzco”, es raro, una mezcla de marrón con dorado, con grandes bolsillos que casi llegan a las rodillas, un cordel del mismo tejido que se ciñe por debajo del pecho y una botonera torcida en medio de un lugar indeterminado entre el escote y los tobillos. Como todavía refresca por la noche y estoy tan blanca que sería fácilmente confundible con el protagonista de Powder, me enfundaré unos leggins negros y una rebequita del mismo color. El calzado está por determinar pero con toda seguridad serán bambas, voy a ver si Victoria fabrica algo en color “doraduzco”. El maquillaje, si a lo que yo hago se le puede llamar así, consistirá en mi original propuesta cotidiana: colorete, rímel y brillo rojizo. Del pelo no me preocupo porque lo llevo como un niño: fácil, rápido y con un salivazo se queda donde yo digo. Y por último, como no podía ser de otra forma, pendientes y bolso de Tous.


Si sobrevivo al fiestón, espero recordar las anécdotas vividas para relatarlas aquí en breve, ésta vez espero no sufrir ningún percance con los cristales de mis gafas de lejos.

PD. Me acabo de enterar de que el bigotillo está aceptado solamente como estilismo masculino… Mierda, ¡yo pensaba que ésta vez me libraba de la depilación!

martes, 25 de mayo de 2010

Presupuesto sin compromiso

En un periódico de la semana pasada (sí, voy con un poco de retraso…) leí lo que ha costado la inútil consulta popular sobre el futuro de la Diagonal de Barcelona, nada más y nada menos que 3,2 millones de euros. A raíz de la noticia se me ocurrieron algunas alternativas más rentables, mejor dicho, rentables a secas, para la inversión de la nada despreciable cifra. Hice varias llamadas, pedí algunos presupuestos y estos son los más destacados:

• Paella popular y simultánea en todos los parques de Barcelona, 500ml. de sangría Don Simón por cabeza y una botella de Fairy para cada sede: 1.720.000 €
• Sacrificio de las 65.000 palomas que superpoblan la ciudad (método tradicional): 1.136.000 € o Sacrificio De Luxe, consistente en baño de espuma relajante y cuchilla de afeitar para cada una de las palomas: 2.430.000 €
• Pasos de peatones antideslizantes y rugosos para motoristas: 1.866.000 € Suplemento por grabar las líneas rugosas en braille con poemas de Pablo Neruda: 600 € por soneto (Canon de la SGAE a parte)
• Tratamiento de fisioterapia a domicilio para la tercera edad: 2.645.000 € o tratamiento De Luxe, consistente en baño de espuma relajante y cuchilla de afeitar para cada anciano: 3.786.000 €

Cualquiera de éstas propuestas hubiera resultado mejor inversión que el despilfarro de la Diagonal y, si lo que quiere el Sr.Hereu es hacer obras, se puede pasar por casa a alicatarme el baño cuando quiera.
Ya no me indigno, ni por los gilipollas que andan sueltos por el Congreso, el Senado, el Tribunal Constitucional, la Generalitat, el Parlament, mi ayuntamiento, etc… ni por sus chorradas y sus sueldos de futbolista. Puede parecer preocupante pero tiene una explicación, la última vez que fui al CAP de mi barrio por una diarrea incontrolada, mi doctora me administró la vacuna de la Gripe A a traición (¡nunca le des la espalda a un médico!), “Es que sobran y da lástima que se echen a perder”, me dijo la monga. Me chutó 5 dosis del tirón con un resultado sorprendente, además de inmunizarme contra la gripe, no pillo indignación, mi sudor huele a fresa y puedo mear de pie como los tíos, que aunque resulta muy práctico, no le acabo de pillar el truco. Los efectos remitirán en un plazo de 3 meses a 14 años, como si lo viera, cuando controle la micción a distancia, me indignaré.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Criticar por criticar

Mañana iré al cine después de (…), bueno, no me acuerdo de la última vez que fui, aunque en realidad no creo que sea un dato importante. ¡Ah, sí! Ahora lo recuerdo, pero sigo pensando que es irrelevante para lo que voy a contar. En fin, que mañana iré al cine y, haciendo una demostración de la habilidad adivinatoria que me fue concedida al nacer, a continuación escribiré la crítica de la película que veré, es más, voy a predecir el argumento, la trama y el desenlace.
A mí me jodieron el “El sexto sentido” y entiendo perfectamente la desazón que se siente cuando te revientan el final de una peli, así que, como además de pitonisa soy buena gente, si tienes intención de ver el último estreno de Sir Ridley Scott**, Robin Hood, mi consejo es que dejes de leer en éste preciso instante. Ahora… Ya… Stop… Prou… ¡¡¡Paraaaa!!!
El medio riñón que cuesta la entrada irá destinado a Universal Pictures, espero que sepan valorar mi desinteresado gesto y hagan un uso responsable del cacho de órgano.




Mi predicción de Robin Hood:
(Margen de error: 5% Margen de acierto: 80% No me salen las cuentas: 15%)

Robin de Locksley, Robin Hood para los amigos, es un noble inglés del siglo XII (siglo arriba, siglo abajo…), despojado de sus tierras y de su churri por el sustituto de Ricardo Corazón de León, rey de Inglaterra, al partir éste a las Cruzadas. El rey accidental es Juan, hermano de Ricardo y un cabronazo como la copa del pino más alto del bosque de Sherwood, donde se esconde y vive como proscrito Robin. El tal Juan tiene un socio que es pura escoria, el Sheriff de Nottingham, con el que Robin no tiene mucho feeling que digamos. La ex de Robin, Marion, que es un poco calientabraguetas, le da calabazas a Juan y se une a los Latin Kings de Sherwood, donde se reencuentra con Robin y sus revolcones entre la maleza. Los L.K. de Sherwood están formados por un montón de campesinos harapientos, borrachos con buen fondo y un monje igualmente alcohólico que cobija a los niños bajo su hábito, que emigraron al bosque hartos de las colas en la oficina del INEM. Capitaneados por Robin, roban a los ricos para repartir la fortuna entre los más desfavorecidos. Las técnicas más utilizadas por la banda son el tirón de bolso, el timo de la estampita y el butrón. El arma secreta de Robin, a parte de unas mallas verdes de lo más favorecedoras y con las que vuelve locas a las féminas del lugar, es el arco que le dió Légolas al perder una apuesta y su destreza con él. Después de muchos encontronazos con el ejército de Juan, de los que habitualmente salen victoriosos los L.K. de Sherwood, Ricardo Corazón de León vuelve del crucero gay del que disfrutaba por el Mediterráneo y cuando ve el percal, destierra al trepa de su hermano. Al final, Robin y Marion se compran un loft en Nottingham para blanquear el capital acumulado con su actividad delictiva y celebran un bodorrio por todo lo alto. El rey Ricardo es una de las damas de honor y el afortunado en cazar el ramo de la novia cuando ésta lo lanza al aire como dicta la tradición. A partir de entonces, cada uno en su casa y Dios en la de todos.



Mi crítica de Robin Hood:

No me gustará, se me hará larga, lenta y oscura, por lo que me quedaré dormida un rato, aproximadamente unos 15 minutos, de los que no hablaré como muestra de mi total objetividad. Russell Crowe estará sobreactuado y su acento neozelandés delatará que no nació en la isla donde reparte leches y flechas a mansalva. Kate Blanchett aparece igual de pálida que en El Señor de los Anillos pero sin las orejas de Spock. Su personaje me parecerá tremendamente repelente y con un toque prepotente insufrible. El resto del elenco pasará sin pena ni gloria y echaré de menos a Joaquín Fénix encarnando al monje pederasta.

Después de tan magnífica crítica se me quitan las ganas de pagar por ver semejante bodrio. Todo sea por demostrar la magnitud de mis poderes mentales.


**La Reina Isabel II debe estar hasta la corona y el cetro de investir caballeros. Para mí que le conceden el título de “Sir“ a cualquier hooligan que no se mee en el portal de su vecino… Aunque, visto así, tampoco debe de haber muchos.


lunes, 17 de mayo de 2010

Cosas que no le interesan a nadie pero que cuento igual...

·Mi carrera como cantante se vio truncada hace años por culpa de los empastes metálicos que llevo en la boca. Me da vergüenza que se vean cuando hago uno de mis solos de soprano que requieren de toda mi capacidad bucal y pulmonar. Pensé en taparlos con Tipex, pero mi madre lo había gastado todo haciéndose la manicura francesa y me resigné a cantar en la ducha.




·Soy incapaz de activar el bluetooth del portátil. In-ca-paz.



·De más pequeña se me caía la baba con facilidad. Estoy segura de que, si en lugar de saliva lo que debía de tragar hubiera sido Cacaolat, le hubiera puesto más ganas.

·Me lo advirtieron en la oficina y ahora lo corroboro. Después de leer el blog durante un rato, al apartar la vista de la pantalla verde veo estrellitas, caballitos de mar de colores y a Marilyn Manson vestido para la primera comunión. Me recuerda a mi último viaje a Ámsterdam.

·Cuando conduzco me transformo (como Carmen de Mairena pero sin las pestañas postizas), en cuanto arranco la moto empiezo a insultar sin piedad al resto de conductores. Me he auto-diagnosticado una extraña derivación del síndrome de Tourette. Los insultos más lanzados al resto del parque automovilístico son, subnormal, gilipollas y mamón, por este orden. Hoy he sufrido un nuevo síntoma, una especie de espasmo muscular me ha obligado a mostrarle el enguantado dedo corazón de mi mano izquierda a un lerdo que ha invadido mi carril y, para colmo, el idiota se lo ha tomado a mal. ¡Que falta de empatía por favor!

·De pequeña me tragaba las cerezas enteras, o sea, con el hueso pero sin el rabito. Algunos testigos cuentan que, el concierto posterior ofrecido por una servidora desde el orinal, no tenía nada que envidiar a un espectáculo de los Stomp.


·Hubo una época en que, harta de que ni Dios entendiera mi nombre a la primera, les comuniqué a mis padres que quería un cambio de identidad y el nombre elegido para mi nuevo DNI era Susana. Pasaron de mí igual que cuando dije que quería hacer la comunión.

·Vivo a dieta desde la más tierna infancia (cosas de la genética) pero me la salto a menudo, si puede ser con las lentejas de mi madre mejor. Si no, un bollicao también me vale para no romper con tan arraigada costumbre.

·El viernes pasado le hice una confesión íntima a un colega del trabajo. Al rato, en un descanso, se presentó en mi mesa con un bonito jeroglífico: un mapa de los Emiratos Árabes con un agujerito por el que asomaba un post-it donde se leía "47 días sin...", no estoy muy puesta en geografía del Medio Oriente, así que tuve que darle la vuelta a la hoja y recuperar el trozo de mapa que faltaba para entender algo. Qatar, faltaba Qatar. Hoy he cambiado el número... ¡50 días sin Qatar!




·En ocasiones soy un poco borde. No, seguro que esto ya lo sabe todo el mundo.

sábado, 15 de mayo de 2010

Amor de madre

Hoy es el día de la madre para mí, o sea, El Día de Mi Madre. En mi familia no somos del club de aborregados que celebran el día de San Valentín, el de la Madre, el Padre o el Espíritu Santo, y que regala perfumes, corbatas o CD’s de la Pantoja (nos los bajamos de emule, claro…). Nosotros pertenecemos a otro club de aborregados igual de selecto, los anti-sistema sistemáticos aunque sistematizados de nacimiento. Ésta mañana, mientras escuchaba música y bailaba por casa, he tropezado con unas fotos de mi madre y he empezado a pensar en ella. El resultado, éste post -espero disculpéis la cursilería- como muestra de amor y admiración.

La anti-sistema de mi madre es una de las principales accionistas de la palabra “original”, nos canta la misma canción desde que fuimos concebidos y siempre busca la forma menos convencional de hacer las cosas, desde un trabajo para el cole, un peinado, la decoración de casa… Dotada con una destreza genética para las manualidades, mis hermanos y yo siempre nos hemos disfrazado con las inverosímiles creaciones de nuestra señora madre. Entre muchos otros personajes, nos ha transformado en un contable, un martillo, la primavera, Los Hermanos Marx, una mini-homeless, la semilla del diablo, una vaca loca, un cucurucho de algodón, una momia, un obispo, una cama… ¡Jo mama, que yo quiero ir de princesa! Todos diseñados y creados por ella, con la ayuda de mi abuela en no sabría decir cuantos.

Con una memoria RAM de por lo menos 10GB, Maika -mi madre-, se acuerda de todo, bueno y malo o, por lo menos, lo dice tan convencida que yo me lo creo. Tiene buena memoria excepto para una cosa, la compra. Es su punto débil, no hay día que no olvide algo, aunque rápidamente lo suple con la originalidad que la caracteriza: paella de garbanzos, mojitos de albahaca, tortilla de patatas sin huevo, una pizza con 17 velas para mi cumpleaños… Se podría decir que su mala memoria influyó en nuestra actividad física. Cuando éramos más pequeños y volvíamos a casa a comer con todas nuestras energías puestas en una sola idea -ver los dibujos-, ella nos mandaba a hacer algún recado. Comprar el pan, recoger el encargo de la pollería o ir al colmado, eran obligaciones cotidianas para Lucas y para mí (Guillem, el checoslovaco, se libró por edad), en nuestras respectivas épocas. Al volver a casa con la misión cumplida, escuchar la temida frase “Uy, me he olvidado los huevos, ¡corre al Sr. Ramón otra vez antes de que cierre!”, era una constante. En ese tiempo, adoptamos una nueva forma de despedida en el colmado, cambiamos el típico “¡Gracias, adiós!” por un “Ahora vuelvo…” entonado con la resignación del que sabe que los despistes de su madre no tienen solución.

Dicen (mama, yo no...) que tiene un carácter fuerte, explosivo y es que, su forma de hablar a veces es dura de tan sincera y directa. Para mí es de admirar su intención de cambio, en éste aspecto y otros, eso de que la gente no cambia no va conmigo, quien realmente quiere cambiar, cambia. Mi madre es una persona tolerante, nunca se compadece, con espíritu de superación y con menos mala ostia cada día.
Muestra de su carácter explosivo la encontramos cuando, cansada de que no le hiciéramos caso tras días repitiéndonos que recogiéramos nuestra habitación y sin la más mínima intención de hacer un trabajo que nos correspondía a nosotros, al volver del cole te encontrabas la habitación como si de Gaza se tratara, un montón de ropa que reposaba ordenadamente enmarañada a los pies de la cama o en la silla, esparcida por todo el cuarto como si la hubieran disparado con bazooka. Contra eso ya no podíamos luchar, estaba armada y era peligrosa.
Mi madre es cocinera, lo ha sido toda la vida, pero desde hace un par de años, se dedica profesionalmente. Siempre ha cocinado muy bien y desde pequeña he prestado mucha atención a todos sus movimientos con los cuchillos (por si se volvía loca) y, creo que he heredado algo más que el parecido físico. Éste mediodía, mientras empezaba a darle forma a esto, he llamado a casa para hablar con la familia, después de charlar un poco con todos sus integrantes, mi madre y yo nos hemos explayado. Me contaba que estaban vermuteando un poco con vinito y foie (como se cuidan los cabrones mientras yo estoy a dieta), hablando, hablando, me ha explicado algo que vivió ayer en el trabajo y que la puso muy nerviosa. Se ve que una detestable clienta del restaurante donde trabaja, que está a dieta y a la que preparan un menú especial cada día, como ese día no le gustó la comida, devolvió su plato a la camarera con media berenjena a la brasa y dos trozos de calabacín a cada lado dibujando así una polla sobre el plato, con un mensaje: “Esto para la cocinera”. Contra más me explicaba, de más mala leche me ponía, de más mala leche nos poníamos todos, pues el resto de la familia lo estaba escuchando por segunda vez. Ahí es cuando, el clan gitano que llevamos dentro, ha salido a la luz al más puro estilo “Callejeros”: ¡Será pedazo hija de puta…!, ¡Como me la encuentre por la calle le dedico un poema…!, ¡A ella sí que le hace falta una buena polla!
A éste tipo de gentuza es a la que me refería el otro día, semejante amargada seguro que vivirá mucho, lo de dar por culo al personal da mejores resultados que un tratamiento de rejuvenecimiento. En fin, nadie se merece tal trato, pero mi madre menos.

Podría seguir días pero lo dejo aquí con un mensaje:
Mama, te I love you…

viernes, 14 de mayo de 2010

Más Momentos Meetic-os

Al registrarte en una página como Meetic, te ofrecen montones de opciones para que te describas de la forma más detallada posible y que así tus pretendientes comprueben el grado de afinidad entre ambos, además de lo buena que estás.
Entre las muchas cuestiones propuestas y sus posibles respuestas, existen algunas curiosas dignas de mención. Aquí tenéis una pequeña muestra, las opciones en negrita son las que aparecían en mi perfil:

·Para mí el matrimonio es: no es imprescindible, sagrado, no me volverán a atrapar (“la excusa para disfrazarme de princesa y bailar Los pajaritos” no aparece como opción)
·Como: vegetariano, a dieta, halal, como de todo (a mí me suena fatal, sólo faltaba “como de todo y me lo trago”)
·Ingresos: menos de 10.000€ al año, más de 100.000€ al año (que bonito es el amor… ¿brutos o netos?)
·Personalidad: expansiva (¿?), posesiva, supersticiosa (¿?), sociable, viva (eso… ¡que por lo menos respire!)
·Aspecto: ¡un verdadero cañón! (casualmente utilizada por seres sin espejo), agradable de ver, no me corresponde a mí decirlo, ¿realmente el físico importa? (ésta última es la versión políticamente correcta de cayo malayo)
·Mi mayor atractivo: mis ojos, mis pechos, mis pies (Marcelina no podría escoger ésta opción), lo más bonito no está en la lista (¿y dónde coño lo escondes?)

También tienes la oportunidad de escribir una pequeña presentación, subir fotos y describir a tu ideal de pareja utilizando el mismo tipo de interrogatorio.

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia… o no.

Caso 2 (pero no el segundo):
Creo que fue en septiembre pasado. Mientras chafardeába perfil tras perfil, encontré uno que parecía interesante, un chico majo, aunque con una sola foto. Eché un vistazo rápido a la descripción y no estaba mal, incluso había escrito una presentación que no empezaba diciendo “No sé, es muy difícil describirse a uno mismo…”, ni continuaba con eso de “soy amigo de mis amigos”, cosa que es de agradecer. Decido enviarle un email donde, para no perder la costumbre, parece que esté desequilibrada. La respuesta no se hizo esperar y seguía mi línea de desquicie. Nos mudamos a Messenger, hacemos las presentaciones oportunas (llamémosle Javier) y empezamos a hablar. Todo bien hasta que, inesperadamente, menciona a sus hijos (aquí me doy cuenta que el vistazo a su perfil fue demasiado rápido). 29 años, 2 hijos, una relación tormentosa a sus espaldas. ¡Pleno al 15 chata! Como los niños son un regalo de Dios y yo soy muy devota, sigo con nuestras conversaciones virtuales. Al cabo de unos días nos damos los números de teléfono y nos deshacemos de la incógnita de la voz. Digamos que, por la forma de hablar, el chico parece un poco de barrio. En la primera conversación me habla de lo hija de puta que es su ex, de la pasada y difícil relación que tuvieron (prefiero hablar de horticultura, la verdad) y, para acabarlo de adobar, me espeta un “Yo no me llamo Javier” como el de Los Toreros Muertos, seguido de una explicación y disculpa por la suplantación de identidad. El nombre real es feo, en el fondo entiendo el cambio. Escribiendo esto me doy cuenta de que soy gilipollas (¡ya me lo podría haber dicho alguien antes!), por que, aún y con eso, pasados unos días quedamos para conocernos y cenar. La cita fue concertada un domingo por exigencias paternales. Fuimos a tomar algo y después cenamos sushi regado con vino blanco en un restaurante de mi barrio. Los efectos del alcohol hicieron que acabáramos en mi casa (valiente excusa…) y otros efectos provocados no sé muy bien por qué, no evitaron el magreo posterior. Creo que esos mismos efectos fueron los responsables de que el rato que vino a continuación, no fuera para tirar cohetes. Ya de madrugada, en la cama, en uno de esos momentos que entreabres los ojos y reeliges la posición bajo las sábanas, un par de sonoras flatulencias (que coño flatulencias… ¡eso fueron dos pedos en toda regla!), me desvelaron aún más. Sin salir de mi asombro, pensé en contraatacar (ojo por ojo…) pero deseché la idea de inmediato al ser yo una señorita y no engendrar en mi interior semejante arsenal. A la mañana siguiente nos levantamos a toque de despertador para ir a trabajar, creo que nunca antes había deseado tanto partir hacia la oficina como en ese momento. Evidentemente, no informé a mi acompañante del concierto de zambomba que me brindó la noche anterior, opté por un frío “ya hablamos” como despedida y desaparecí en mi moto. Pasaron unos días sin contacto alguno por mi parte pero finalmente y por Messenger, le aclaré que lo nuestro no tenía futuro. Los pedos sólo perfumaron lo que podríamos llamar, una muerte anunciada.

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miércoles, 12 de mayo de 2010

I had a dream

Hace unos días que amanezco turbada, confusa, desconcertada. Hasta tal punto, que hoy me he despertado mosqueada. Hay personas que son de comer, de beber y hasta de fiar. Yo, soy de soñar. En mis horas de descanso de las últimas dos semanas, he vivido situaciones singulares que necesito compartir:

1. Una excompañera de mi departamento aparece en una especie de playa por donde yo paseo. Hablamos un poco y tras la breve conversación -en la que yo debo haber sido especialmente borde- la tiparraca me lanza, en todos mis morros y muñeco de budú en mano, un mal de ojo de la ostia en una lengua incompresible (no, no sé deciros si era murciano). Al poco rato, y con las bragas por las rodillas, le suplico clemencia y me arrastro como un gusano solicitando su perdón.
2. Estoy con un grupo de amigos que acabo de conocer y que, casualmente, son los Hot Chip, cuando subimos a un tren cuyo interior parece un autocar. Nos sentamos todos juntos en la parte de atrás como los chicos guay del cole. Allí empiezo a hablar con unos de ellos (en catalán), está buenísimo y empieza a tocar los bongos a lo que todos reaccionamos entonando el Ready for the floor.
3. Se me empiezan a caer los dientes que me quedan y voy camino del dentista para que me hagan un presupuesto para reimplantármelos (también soy de reciclar) o implantarme unos nuevos. Vaya putada, ¡esto me va a salir por un pico!
4. De pronto me encuentro en el agua con 3 o 4 personas nadando a mi alrededor y lo que parece ser una colchoneta inflable a la que nos agarramos. A unos 20 metros de nosotros, veo un avión en llamas y medio destrozado que misteriosamente no se hunde. El agua no es salada, debemos habernos estampado en un río -espero que no sea el Llobregat porque, sino, sufriremos mutaciones y sé que no me va a gustar- y curiosamente no se oye ni un grito. O somos muy civilizados o todos los ocupantes de la aeronave eran sordomudos.
5. Es el día de mi cumpleaños y no me felicita ni mi madre. Esto me duele.



A la vista de tan extravagantes alucinaciones, decido investigar en varias páginas web de gran prestigio científico, el significado de mis visiones nocturnas. El resultado es nefasto, todo son desgracias, catástrofes y plagas apocalípticas.
Así que, totalmente disconforme con el resultado obtenido y después de hacer un curso on line de media hora llamado “Interpreta tus sueños desde el sofá” aquí tenéis mi análisis:

Los que dicen ser mis padres, en realidad son una pareja con problemas reproductores que me secuestró hace años en una granja de cerdos de Birmingham, mi hermano pequeño es checoslovaco y el mediano mongol, de Andorra, pero mongol. Debo emprender un largo viaje, cual Marco y su mono, en busca de mi verdadera madre y darle mi número de móvil.
En realidad, el de los bongos no habla catalán sino inglés, mi lengua materna, por eso le entiendo. Lo de que es guapo es el reflejo de su belleza interior, por todos es sabido que no hay un solo integrante de Hot Chip que no merezca participar en “Cambio Radical”.
El incidente de la playa evidencia lo mala que es la envidia, no todo el mundo puede lucir bikini y mondongo como yo.
El accidente aéreo es consecuencia del mal de ojo y de la ceniza volcánica escupida por un cráter de la Garrotxa de nombre “Santa Margarida”. Se trata de publicidad subliminal de la FOX promocionando el último capítulo de LOST.
La interpretación que se me resiste es la de los dientes, no acabo de tener claro si significa que, más me valdría no tenerlos y así no comer nunca más o que me voy a hacer famosa. ¿Me entiendes?



Creo que, de una vez por todas, ésta noche tendré dulces sueños.

martes, 11 de mayo de 2010

Lo que no saldrá de mi boca ésta semana…

· ¿Me das fuego baby?
· Cómete la verdura o cuento hasta 3 (…) 1… 2… 2 y meeedio…
· Tengo jaqueca, igual mañana.
· ¡Ésta ronda la pago yo!
· No me pase llamadas…
· ¿En tu casa o en la mía?
· Un kilo de cigalas por favor…
· ¡Sí, quiero!
· Si tú eres mi hombre y yo tu mujer…
· Esperanza Aguirre tiene un cutis sin igual.
· El faisán al Oporto te ha quedado un poco soso.
· La operación ha sido un éxito.
· ¡Cristiano está como un queso!
· Yo sin mi Thermomix no soy nadie…
· Esto va a ser de la junta de la culata.
· Tú el Pronto y yo el paño.
· ¡A Dios pongo por testigo que nunca más volveré a pasar hambre!

…pero que igual suelto la semana que viene.

Y con todos ustedes...

Como buena cagadudas (del catalán, cagadubtes) que soy, escogí el nombre de la sección ¡Estamos rodeados! después de una ardua criba, desechando cientos de posibles títulos y utilizando el socorrido lanzamiento de una moneda como último recurso. Como era de esperar, el resultado del aterrizaje de mi flamante euro no me acabó de convencer y elegí el título que se estampó de morros contra el suelo. Muestra de mi dificultad para tomar decisiones es el cambio definitivo del ya mencionado título que, a partir de hoy, responde al nombre de Y con todos ustedes…

Hoy tampoco hablaré de chusma, es el turno de gente al cuadrado, una de esas combinaciones imprescindibles como, ginebra y tónica, allioli y mascarilla o resaca e ibuprofeno.

El par al que me refiero comparte carrera, facturas, cromosoma XY y a Rosario, la maja asistenta que les cocina lentejas una vez por semana. Que yo sepa, no comparten ni cama, ni padres, ni cepillo de dientes. Como aquí la única que airea sus intimidades sin pudor alguno soy yo, ya que el resto del mundo suele tener secretos truculentos y escabrosos que prefiere no revelar, les presento los pseudónimos de la extraña pareja: Calvin y el Marqués.

El nombre de Calvin nace de su afición por exhibir la marca de los calzoncillos un palmo por encima de sus pantalones. Oriundo de la tierra de los calçots, sostengo la teoría de que siendo pequeño sufrió algún tipo de catástrofe con éste derivado de la cebolla y su correspondiente salsa, ya que de las súplicas de un montón de buena gente que le rodea para que organice un encuentro de dedos negros, no se ha obtenido ningún resultado positivo. Dios, ¿de cuántas vidas truncadas y sueños rotos serán responsables las cebolletas?

Al Marqués le viene el nombre de su linaje, los Martínez de Irujo. El árbol genealógico de la familia divide sus raíces entre la alta aristocracia y un pelotari de Bilbao, primo segundo de nuestro protagonista. El Marqués tiene la costumbre de mirar a todo el mundo por encima del hombro, no por su título nobiliario como cabría esperar, sino por la exagerada cercanía de su cabeza al techo. Sospecho que la poca distancia entre su ciudad natal y las centrales nucleares de Vandellós y Ascó, puede haber tenido gran influencia en su desarrollo vertical.

Nos conocimos en Reus ya hace algunos años, cuando yo todavía era autista y mi forma de comunicación consistía en movimientos de cabeza y sonidos guturales y ellos compartían piso de estudiantes y aula en una prestigiosa universidad del mismo pueblo. Las presentaciones las hizo un pelotudo del que, por supuesto, hablaré más adelante. Después de años de contactos esporádicos (que no se me malinterprete, yo después de saludar educadamente sucumbía a mi retraso social) surgió, lo que hoy creo poder denominar, una bonita amistad.

Son como House y Wilson con un peculiar toque de Los Morancos… y si no, juzguen ustedes mismos.



















sábado, 8 de mayo de 2010

Momentos Meetic-os

Mi círculo más íntimo (y en esta ocasión no me refiero al ano) es conocedor de mi incursión en el mundo del ciberamor a través de Meetic hace unos meses. Muy probablemente, el desconocimiento y la idea mitificada que Hollywood nos ha inculcado desde pequeños de que el verdadero amor aparece cuando menos te lo esperas en un choque casual por la calle, cuando el chico ayuda a la chica a recoger un montón de apuntes desperdigados por la acera mientras suena un cuarteto de cuerda, el resto del mundo se ralentiza, sus sonrisas perfectas iluminan el momento y todo da vueltas a su alrededor, son los responsables de que la mayoría de nosotros opine de forma parecida a esta:

“La gente normal encuentra el amor en la vida real. Los que se lanzan a Internet a la caza de cariño son unos parias sociales sin habilidad para el cortejo, algún desequilibrio emocional, defecto físico o desesperados por pillar cacho.”

Hasta no hace mucho yo pensaba así y precisamente por la existencia de esta opinión, el formar parte de una red social de estas características no es algo que mucha gente publique, anuncie o cuente, sin cierta vergüenza, a su entorno. Seguimos con nuestras esperanzas puestas en Hollywood.

Está claro que rectificar no es de sabios por que yo rectifico a menudo, creo que es más un acto de coherencia. Sabia no, pero coherente, por lo menos lo intento.
Así que, haciendo uso de mi coherencia y transformada en una supuesta paria social, me adentré en el misterioso mundo de los ciber-contactos y permanecí ahí, en el limbo, hasta hace relativamente poco.
Durante esos meses conocí a gente, chicos para ser más exactos, de todo tipo, guapos, chulos, simpáticos, inteligentes, feos, divertidos, apollardados, sosos, altos, ricos, etc… con los que he compartido momentos meetic-os que merecen ser contados, con total respeto y anonimato para mis acompañantes (esto suena a puto…), por ser cómicos, diferentes o inventados.
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia… o no.

Caso 1 (pero no el primero):
Un chico catalano/italiano y yo empezamos a chatear un día, la verdad es que parecía muy simpático, un poco más joven que yo pero con las ideas claras, viajado y listo… quizás demasiado. La noche antes de mi cumpleaños, a falta de muy poco rato para tan especial día, Luiggi, por llamarle de algún modo, me dice que le gustaría hablar conmigo por skype. Ok, empezamos a hablar y rápidamente nos pasamos al catalán porque nos sentimos más cómodos, al poco, me empieza a hablar de independentismo y de lo mal que se habla nuestra lengua poniéndome a mí como ejemplo, acusándome de no tener una buena pronunciación y examinándome sobre la correcta traducción castellano-catalán-castellano. A ver majo, yo soy de Barcelona, no tengo acento de pueblo y sí, es cierto que en algunos momentos no me llevo muy bien con las jotas, las es o las eses, pero a mí también me molesta tu aguda voz y no te increpo por eso. Creo que Luiggi necesitaría unos consejos prácticos sobre lo que no se debe decir a una chica, ni a nadie, en una primera conversación a menos que quieras que, una segunda no tenga lugar. Evitar frases como: “pareces mayor por teléfono”, “conozco a un logopeda que te puede ayudar con tus problemas de dicción” o las que me soltó a mí “esta palabra se pronuncia así… escucha y aprende”. Evidentemente, me hizo sentir incómoda, pero en lugar de hacerle ver que su forma de actuar no era cortés y acabar con la llamada, caí en la trampa y empecé a traducir palabras y frases de todo tipo con un gran esmero en la colocación de la lengua dentro de mi boca. Que idiota fui. A las 00:00h en punto, el momento más friki de la noche: ¡me cantó el cumpleaños feliz en coreano! Idioma que también domina por haber vivido en Seúl una temporada.
En fin, a Luiggi no llegué a conocerlo en persona, él insistía pero yo tenía mis reticencias. Me imaginaba la cita como un examen de catalán a los que hace años me enfrentaba, le imaginaba poniendo caras raras al escucharme y diciéndome “repite conmigo: geeeeneeeeralitaaaat”. No, lo nuestro no hubiera funcionado, no hubiera tardado en decirle “repite conmigo: ¡queee tee deeen!”.

Momentos Meetic-os volverá pronto…

PD. Marcelina perdona, Hollywood sí va con doble ele… la coherencia se ha apoderado de mí y no me suelta…

viernes, 7 de mayo de 2010

Mi no entender...

…por qué cada año anuncian la última película de Pedro Almodóvar y siempre acaba estrenado otra. ¡Que no creen falsas expectativas por Dios! ¡Un poco de caridad cristiana!
…la letra de “Micromanía” de Tata Golosa. ¿Mande?
…por qué la gente con mala leche, ya sea de soja o sin lactosa, y mal follada, vive más años que los no nacidos para joder al prójimo. Pretendía ser inmortal hasta los 90 pero si tiene que mejorar mi humor, los 70 estarán bien.
…por qué la genética está tan mal repartida en mi familia. Mis hermanos con tableta de chocolate en lugar de abdominales desde que les apareció la estética púber-pelusilla sobre el labio superior y la única que ha salido con cerebro y habilidades adivinatorias he sido yo.
…por qué el valor del Euribor no llega ni al 10% y cuando coges una calculadora y multiplicas como las abuelas lo que pagas de hipoteca por los años que vas a pringar, el resultado dice que eres gilipollas y que vas a soltar el doble de lo que te han dejado. Da igual, que nadie se esfuerce, me niego a entenderlo.
…que con tantos avances tecnológicos todavía no hayan sacado un GPS del amor. “Bar Ki-ki. Via Aug-us-ta 69. En-tre y, a-van-ce tre-ce pa-sos, giii-re a la iz-quier-daaa, AHORA, 3 pa-sos más, pída-le fue-go al chiii-co del po-lo veeer-de. Lo sé, no eees muy gua-po pe-ro es simpá-ti-co y bueee-na perso-na.”
…por qué la dueña del Condis de mi barrio me trata de usted cuando soy mucho más joven que ella, me contesta en castellano cuando las dos hablamos catalán y me roba taxis a mala leche cuando llueve. Bueno, esto último sólo ocurrió una vez pero, estoy segura que lo volverá a hacer en cuanto tenga la mínima oportunidad.
…por qué le llaman sexo cuando quieren decir amor. Somos taaan modernos, taaan independientes y taaan liberados, que no queda bien eso de reconocer que tienes sentimientos, no hay tiempo para eso. El sexo sin compromiso es del todo satisfactorio y así no me hacen daño… ¡si consigo auto-convencerme claro!
…por qué el Espanyol no contrata a un personal shopper para Kameni. Yo no he visto cosa igual, bueno sí, Eto’o antes de que el Barça hiciera lo propio.

jueves, 6 de mayo de 2010

Bilingüe & Bicéfala

Por si alguien no lo sabe, (cosa difícil porque, de momento, los únicos que leen este blog sois amigos, familiares y allegados) soy bilingüe. Es decir, domino dos lenguas (existe una tercera, aunque no me atrevería a asegurar que la domino) con un control nativo de ambas. En mi casa, de toda la vida nos comunicamos en catalán y a gritos, también utilizamos el castellano, mayormente cuando estamos cabreados y/o de cachondeo, o sea, a menudo.
Nadie me ha preguntado el motivo por el que escribo en castellano en lugar de en catalán pero siento el estúpido deber de justificarme ya que, yo misma me siento rara en algunos momentos utilizando exclusivamente la lengua de Cervantes y Belén Esteban. La explicación es simple, el premio Planeta está económicamente mejor dotado que el Ramón Llull y tengo dos hipotecas que pagar.
Por otro lado, esta tarde mientras caminaba hacia casa después del trabajo, un par de dudas me han asaltado: ¿Se me podría considerar bicéfala por, en ocasiones, pensar con el culo? ¿Un murciano con dos cabezas sería bilingüe aunque solo domine (si a eso se le puede llamar dominar) una lengua?
Por todo lo anteriormente descrito, pretendo aclarar que los bilingües y/o bicéfalos que por aquí pasen y decidan sin coacción alguna dejar un comentario, disponen de total libertad a la hora de escoger la lengua con la que expresar su admiración hacia este blog y su autora, incluidos euskera, suomi y murciano, aunque en este último caso, probablemente, no logre entender nada.

SOS 4.8: De festival a los 30…

Llega un momento en la vida, no sabes muy bien cuándo ni cómo, que en lugar de volver a casa en metro después de una noche de fiesta, coges un taxi.
Simplemente ocurre. Del calimotxo se pasa a los mojitos, ya no le pides dinero a tus padres sino al banco (y estos te lo reclaman con intereses), las cenas baratas en el chino del barrio se convierten en festines de cocina de autor donde el foie y un buen Priorat son imprescindibles, vas de cena con tus progenitores y pagas tú, recuperarte de un día de fiesta cuesta y, de dos, es casi un milagro, ya no tienes la espalda como para dormir en cualquier sitio, necesitas una cama en condiciones y aire acondicionado a ser posible, etc… Pero, de vez en cuando, en un intento de regresión a los tiempos del calimotxo y en un alarde de juvenil locura, te da por conducir 6 horas hasta Cuenca, perdón, Murcia y pasar allí dos días de festival durmiendo en un patatal rodeado de modernos veinteañeros que lucen las mismas gafas de sol, el mismo peinado y las mismas zapatillas con ingenua convicción de exclusividad. La regresión tuvo lugar el pasado fin de semana y, aunque mi espalda tenga sus reticencias en este momento, el año que viene repetiremos. Eso sí, esta vez y para tranquilidad de mis vértebras, en una cómoda cama de hotel.


Como escribir la crónica completa del festival es un trabajo considerable y me da palo, he propuesto a los co-protagonistas del fugaz viaje a tan hermosa tierra que colaboren conmigo en este post, distribuyendo la redacción de la siguiente forma:

·Zanui, alias La braga-faja, nos asombrará con el trepidante relato del primer día de viaje y su correspondiente noche.
·Arantxa, más conocida como Portman’s girl, nos deleitará con los no menos apasionantes momentos vividos en la segunda jornada.
·Guiru, Xavier para los amigos, es el encargado de trasladarnos las peripecias vividas y sufridas en nuestro tercer y duro día.
·Yo, alias La pulsera me chorrea, os aburriré con el desenlace de tan intensa excursión y la odisea que supuso el viaje de vuelta a casa.


Día 1:
Salimos de Barcelona a las 6:30h de la mañana, a Ainhoa se le ha metido en el entrecejo que tenemos que llegar pronto a Murcia para plantar la tienda, si no fuera tan graciosa la mandaba a la mierda y me quedaba tan pancha. Las tres chicas hacemos de chofer para el señorito, que tendrá dos especialidades y habrá sacado un 513 en el MIR pero para mí que no se atreve con la teórica. Sobre la 13h llegamos a Murcia City pero no encontramos el “camping” hasta largo rato después. Mientras Arantxa se espera en el coche, los puretas con nuestras maletas montamos las tiendas en un campo de patatas de la huerta murciana sin una triste sombra en 20km. a la redonda. Nos vamos al recinto del festival, recogemos las pulseritas y encontramos una terracita donde rehidratarnos y alimentarnos. Allí descubrimos qué son los caballitos, que el tomate de Murcia sabe a tomate y que como no me han apretado la pulsera del camping, podremos dormir los 4 en tan prestigioso alojamiento. Hasta mojada en aceite le queda bien la pulsera a Ainhoa. Siesta, ducha y autobús al festival. Los cuatro vamos monísimos, especialmente Ainhoa, vamos, como siempre. Compartimos viaje con un subnormal que no para de gritar y al que, gustosamente, partiríamos las piernas sin remordimiento alguno. Nos encontramos con Pil y Paz. Ha llegado el momento esperado, empezamos con un poco de Los Planetas, una cervecita, algún grito y algún gemido de Crystal Castles, otra cervecita, ahora Franz Ferdinand y su mismo concierto de siempre, expulso las cervezas fuera de mí, momentazo de la noche con Hot Chip, relleno la vejiga, sesión con nuestro archiconocido Dj Amable, Arantxa se pregunta quién pinchará hoy en Razz… llegados a este punto de la noche Ainhoa decide retirarse, con lo maja que es y lo mayor que está últimamente… Seguimos con las cervecitas, ya está a punto de acabar el sarao y me encuentro con un amigo, Arantxa y Guiru se van a dormir pero yo me voy de after con mi hallazgo y sus colegas. Reapareceré al cabo de unas cuantas horas, sólo añadir que yo sí dormí en una cama.




Día 2:
Dios que calor ¿Me he meado o estoy sudando a chorros? Esto de pagar por dormir en un invernadero a plena luz del día no sé si ha sido muy buena idea… ¡y la lista de Zanui seguro que tiene aire acondicionado! Aparece la cabeza de Ainhoa por la puerta de la tienda, ¡que guapa está recién levantada! Seguimos un rato más en las tiendas intentando dormir y echándonos agua por encima para refrescarnos, que en cuestión de segundos se evapora. Nos levantamos y recibimos la estupenda noticia de que se ha acabado el agua de las duchas. Nos ponemos el bikini, Guiru el bañador, y partimos en busca de piscina, playa o palangana donde poder remojarnos un poco. Es 1 de Mayo, las piscinas están cerradas y nuestra última opción es la playa. Tras más de 30 minutos de trayecto llegamos a Portman, una bonita playa de arena negra con faro incluido, aunque un poco guarrilla. El tiempo ya no acompaña, Guiru y Ainhoa se rajan pero yo me pego un baño que me sienta genial. Ahora toca reponer fuerzas y encontramos un restaurante en el pueblo donde nos dan de comer de maravilla, cervecita, pescadito frito, almejas, pulpo, ensalada… ¡a lo grande! Sin noticias de Zanui. Iniciamos la vuelta al campo base y de camino nos pilla una buena tormenta. Nuestro retorno al camping no ha sido el único, ya hay agua y nos podemos duchar. Las bambas de Ainhoa se han mojado con la lluvia y Guiru le cede unas de sus Convers, rojas y un número más del que calza, pero le quedan fenomenal. Cerveza en mano nos subimos al SOSBus. Cuando llegamos ya es hora de picar algo, Zanui ha resucitado y se está acicalando en casa de Paz. Los tres de Portman nos plantamos en una nueva terracita donde seguimos con la cerveza, continuamos con unas marineras, unos montaditos y una ensalada de ahumados que imaginábamos distinta. Uno de nosotros va al baño y los murcianos saben quien ha sido, resulta que lo único que huele mal en Murcia es el Segura. Empieza la sesión musical de la noche, antes del primer concierto Ainhoa ya está potando, hasta en semejante situación no pierde el estilo ¡que clase, que glamour! Primero Dorian, después Love of Lesbian, un poco de Madness, Orbital y Fat Boy Slim como colofón. Sin palabras. Bueno sí, “hijo puta, maricón, pedazo subnormal, gilipollas, ojalá se te caiga a cachos y te sonden de por vida” este fue mi recital a un anormal que me obsequió con una lluvia dorada no autorizada mientras tocaba Madness. Zanui ha vuelto a nosotros a medianoche, bragas prestadas incluidas. Hoy sí que vamos de after todos juntos. En el 12 y medio nos encontramos a los otros compañeros de viaje de Zanui. Que bien baila y canta Ainhoa, pero está cansada y sobre las 10h ya no resiste más, iniciamos la marcha, Guiru y Ainhoa hacia el invernadero, yo, a la estación de autobuses de donde a las 12h salgo para Barcelona, el lunes trabajo. Zanui sigue la fiesta, tiene muy claro que lo de dormir en una tienda no está hecho para ella.



Día 3:
Montamos a Arantxa en un taxi que espera a la salida del antro, Ainhoa y yo nos metemos en el que está aparcado inmediatamente después del suyo, no sin antes concretar con Zanui que a las 16h debe estar en el patatal para levantar el campamento y empezar nuestro camino hacia Elche donde pasaremos la noche de este infernal domingo. Ainhoa insiste en que el taxista y, en general, los murcianos, son majos. Que sí hombre, lo que tú digas. Si no se pusiera tan pesadita llamándome Xavier como mi madre, igual le daba la razón. Pagamos el taxi, por suerte no pega el solano del día anterior, no sé si me queda algo que transpirar antes de consumirme. Resulta que la mitad de los chavalines que por allí estaban acampados se han esfumado y otros muchos, se pelean con piquetas e instrucciones del Sr.Quechua de cómo narices doblar su famosa tienda “abre-fácil”. Nos metemos en nuestras respectivas Quechua. Asomamos la cabeza al cabo de unas pocas horas, ahora ya no queda casi nadie. Ainhoa y yo no confiamos demasiado en que Zanui aparezca a la hora acordada y nos negamos a esperarla en medio del desierto sin un triste crucigrama que hacer, por lo que decidimos desmontarlo todo nosotros, llamarla y pasar a recogerla por el hotel. Así lo hacemos, ella encantada. Mientras estamos en plena faena doblando los invernaderos portátiles, un par de los vigilantes del camping pasan por ahí y me preguntan si salgo por la tele, otro de ellos especifica: ¿En T5? Suelto un “no” como toda respuesta mientras Ainhoa se ríe, que bonita sonrisa tiene esta chica. Me ha mosqueado la pregunta, espero que ningún cabronazo de la cadena amiga me grabara anoche en el festival en mi etílico estado. Lo que realmente espero es que no me confundieran con Jorge Javier Vázquez. Todo desmontado. Cargamos los bártulos de cuatro personas entre los dos. Suerte que estoy en forma. Lo metemos todo en el coche y tras un pequeño paseo turístico, encontramos el dichoso hotel. Colocamos a Zanui en el asiento trasero y le abrochamos el cinturón. Ainhoa sigue mareándonos un rato por Murcia antes de encontrar la salida hacia la autopista del Mediterráneo, da gusto como conduce. Una horita después llegamos al bonito hotel de Elche, subimos a la habitación y nos abalanzamos sobre la cama. Merecida siesta de 2 horas y algo. Después de una ducha a presión, nos vestimos y salimos en busca de un sitio donde nos den de cenar. Mientras desmontábamos el campamento hemos decidido que Zanui pagaría la cena de esa noche. Así fue. Después de cenar, cuatro fotos de Elche, pasamos por el palmeral de camino al hotel y de nuevo caemos rendidos en los respectivos colchones.


Día 4:
Yo ya no estoy para estas ostias. Después de casi 11 horas de reparador sueño estoy como si una banda de albano-kosovares armados con puños americanos me hubiera pegado una paliza. Otra ducha. Check out en el hotel. Nos montamos en el coche e iniciamos la marcha. Paramos en la primera estación de servicio de la autopista a desayunar donde nos atiende una encantadora y sonriente camarera. Comemos algo mientras nos ponemos al día del embarazo de MªJosé Suarez y los cuernos de Feliciano López. Seguimos la marcha. Sopla un viento de cojones y el coche se me va, lo que me faltaba. El viento para. Empieza a llover, a llover de la ostia. No tiene pinta de querer parar. No sé hasta donde llego pero no puedo más. Zanui me releva y me siento atrás. Duermo un rato largo. Me despierto con la visión de Marina D’Or, para lo que hay que ver, me vuelvo a dormir. Cuando revivo, me encuentro fatal y no ha parado de llover. Paramos muy cerca ya de Barcelona a comer algo. Sigo fatal. Todos estamos fatal. Finalmente, llegamos al aeropuerto y devolvemos el coche de alquiler. Volveremos a casa en taxi.



Y hasta aquí nuestro periplo festivalero, próxima entrega, Festival de la OTI.