lunes, 17 de mayo de 2010

Cosas que no le interesan a nadie pero que cuento igual...

·Mi carrera como cantante se vio truncada hace años por culpa de los empastes metálicos que llevo en la boca. Me da vergüenza que se vean cuando hago uno de mis solos de soprano que requieren de toda mi capacidad bucal y pulmonar. Pensé en taparlos con Tipex, pero mi madre lo había gastado todo haciéndose la manicura francesa y me resigné a cantar en la ducha.




·Soy incapaz de activar el bluetooth del portátil. In-ca-paz.



·De más pequeña se me caía la baba con facilidad. Estoy segura de que, si en lugar de saliva lo que debía de tragar hubiera sido Cacaolat, le hubiera puesto más ganas.

·Me lo advirtieron en la oficina y ahora lo corroboro. Después de leer el blog durante un rato, al apartar la vista de la pantalla verde veo estrellitas, caballitos de mar de colores y a Marilyn Manson vestido para la primera comunión. Me recuerda a mi último viaje a Ámsterdam.

·Cuando conduzco me transformo (como Carmen de Mairena pero sin las pestañas postizas), en cuanto arranco la moto empiezo a insultar sin piedad al resto de conductores. Me he auto-diagnosticado una extraña derivación del síndrome de Tourette. Los insultos más lanzados al resto del parque automovilístico son, subnormal, gilipollas y mamón, por este orden. Hoy he sufrido un nuevo síntoma, una especie de espasmo muscular me ha obligado a mostrarle el enguantado dedo corazón de mi mano izquierda a un lerdo que ha invadido mi carril y, para colmo, el idiota se lo ha tomado a mal. ¡Que falta de empatía por favor!

·De pequeña me tragaba las cerezas enteras, o sea, con el hueso pero sin el rabito. Algunos testigos cuentan que, el concierto posterior ofrecido por una servidora desde el orinal, no tenía nada que envidiar a un espectáculo de los Stomp.


·Hubo una época en que, harta de que ni Dios entendiera mi nombre a la primera, les comuniqué a mis padres que quería un cambio de identidad y el nombre elegido para mi nuevo DNI era Susana. Pasaron de mí igual que cuando dije que quería hacer la comunión.

·Vivo a dieta desde la más tierna infancia (cosas de la genética) pero me la salto a menudo, si puede ser con las lentejas de mi madre mejor. Si no, un bollicao también me vale para no romper con tan arraigada costumbre.

·El viernes pasado le hice una confesión íntima a un colega del trabajo. Al rato, en un descanso, se presentó en mi mesa con un bonito jeroglífico: un mapa de los Emiratos Árabes con un agujerito por el que asomaba un post-it donde se leía "47 días sin...", no estoy muy puesta en geografía del Medio Oriente, así que tuve que darle la vuelta a la hoja y recuperar el trozo de mapa que faltaba para entender algo. Qatar, faltaba Qatar. Hoy he cambiado el número... ¡50 días sin Qatar!




·En ocasiones soy un poco borde. No, seguro que esto ya lo sabe todo el mundo.

1 comentario:

Gemma dijo...

Yo tambien soy in-ca-paz... de no reirme leyendo tu blog. Si tenia alguna duda sobre tu cordura acaba de quedarme bien claro que estas como una soberana chota pero por otro lado eso es lo que te hace diferente al resto de mortales...